Billie Eilish es tendencia ella misma, así que no nos extraña que su cambio de look más reciente haya traído de vuelta una tendencia que los peluqueros conocemos bien: el corte wolf.

Si no sabes a qué nos referimos, una búsqueda rápida en Google te dará como resultado varias imágenes de Billie Eilish. También te puedes quedar con nosotros en este artículo, en el que te explicaremos, con una buena dosis de inspiración, cómo es este corte y por qué te quedará bien.

Porque sí, el wolf cut es un corte que favorece a todo tipo de cabellos y rostros: pelos lisos, ondulados, caras redondas, ovaladas, textura más o menos fina… Por eso no es de extrañar que cada cierto tiempo vuelva a ser tendencia. O quizá es que nunca ha dejado de serlo.

A nosotros nos encanta su versión más grunge, muy solicitada por las amantes del pelo corto con una personalidad arrolladora, como es el caso de la actriz Úrsula Corberó (y de su personaje Tokio de La Casa de Papel).

Pero tampoco podemos decir que no a un corte wolf largo, con el característico flequillo abierto hacia los lados, que tan de moda puso Alexa Chung hace ya unos años.

Sea cual sea tu estilo, te prometemos que, cuando termines de leer este artículo, estarás deseando pedir cita en el salón para darle una oportunidad a este corte de pelo al que nadie, incluida Billie Eilish, ha podido resistirse.

Un corte con historia

Cuando no había influencers, pero sí it-girls, Alexa Chung puso de moda este corte loba, que hoy triunfa en redes (sobre todo en Tik Tok) y que ha enamorado a todo tipo de cabellos.

Pero podemos ir un poco más lejos, a esos iconos en los que seguro estás pensando: David Bowie, Jane Fonda o Patti Smith.

Juego de volúmenes

En eso consiste el corte wolf: en crear cuerpo en el cabello mediante capas que aportan volumen en la parte superior y dejen la inferior mucho más libre y ligera.

Parece arriesgado pero es un cambio de look que favorece gracias a su adaptabilidad según longitud, textura y tipo de cabello.

Aunque está claro que el flequillo es el sello inconfundible de este corte, las patillas no se quedan atrás y también aportan originalidad y, sobre todo, personalidad al look.

Un combo rompedor

Si algo tiene de especial el wolf cut es que, al combinar lo mejor del corte shag y del corte mullet, está destinado a ser un éxito.

El corte mullet es el que nos hace pensar directamente en David Bowie o, para las modernas, en Miley Cyrus, y el corte shag, del que ya os hablamos en este post de nuestro Instagram, y que tan de moda puso en los 90 Rachel Greene.

Ambos cortes, el mullet y el shag, van y vuelven pero no permanecen durante mucho tiempo porque peinarlos y mantenerlos es algo complicado. Pero cuando se combinan en el corte wolf, las dificultades desaparecen y a cambio tenemos un corte fácil de manejar.

¿El truco? Secar la melena con la cabeza boca abajo y usar algún producto (como una cera o una crema capilares) para darle forma y textura. 

El corte perfecto para todas las melenas

Pero especialmente para las personas con cara ovalada, pelo fino y una onda natural.

Si te atreves, saldrás del salón con un corte arriesgado, único, con mucha personalidad y con un toque rebelde al que podrás dar forma.

¿Lo mejor? Es un corte que sigue quedando de maravilla cuando el pelo no está recién lavado (ni siquiera bien peinado). También es ideal si solo lleva un poco de champú en seco para reducir la grasa y darle volumen.

Corte wolf y mechas: el secreto para un look rompedor

Si quieres potenciar aún más el corte, añade unas mechas o reflejos sunlight, de los que parecen hechos por la acción del propio sol.

Ayudarán a destacar el movimiento y la ligereza del corte. Un buen trabajo profesional de color hace que cualquier melena brille más y enmarque mejor las facciones de la cara.

Extra de inspiración

Porque sabemos que viéndolo, todo nos convence más, te dejamos una selección de algunos cortes wolf que nos han encantado. Hay un wolf cut para ti.

¿Ya lo tienes claro? En el salón Silvia & Guy te estamos esperando en el salón para darle un toque feroz a tu look.